A los routers les debemos la comunicación moderna. Adiós al teléfono o la carta certificada: a través de millones de routers tenemos acceso a información inmediata. El conocimiento de nuestra historia a golpe de click. También ha sido un elemento transformador en nuestra forma de consumir ocio gracias al streaming de música, cine o videojuegos.

De los primeros IMP (Interface Message Processor) que sirvieron para interconectar la ARPANET —primer internet moderno—, a los actuales routers multipuerto, hemos vivido una evolución gigantesca. Y todo a gran escala: mayor volumen de datos, mayor cantidad de dispositivos conectados —Internet de las Cosas en el horizonte— y mayor necesidad de ancho de banda... Más bandas de frecuencias y más canales simultáneos: cada generación abre la puerta a nuevos estándares (a, b, g…); y del Wi-Fi 4 (Wi-Fi N) hemos evolucionado al Wi-Fi 6 (Wi-Fi AX) y a velocidad de transferencia hasta 100 veces mayores.

A VELOCIDAD DE VÉRTIGO

2014 fue un año de cambios: el big data copó titulares y selfie se convirtió en la palabra del año. También fue un momento culminante para Xiaomi: su primer router logró 3 millones de pre-pedidos en un solo día. Poco después lanzaron su router Mini, enrutador de doble banda 2.4GHz/5GHz por apenas 20 dólares. Xiaomi Mi Router 3 logró convertirse en el dispositivo con WiFi AC más barato del mercado. Aterrizó en 2016 con cuatro antenas y marcó un nuevo récord en cobertura de señal.

La nueva generación creció con Mi Router 4, 4Q, 4C y, especialmente, 4A, un router WiFi en malla de apenas 15 euros, compatible con WiFi AC1200 y capaz de transmitir hasta 1.167 Mbps. Entre sus novedades se incorporó un algoritmo de corrección de errores para transmisiones de datos más estables, y soporte completo para IPv6.

Y así llegamos a los router Mesh actuales, con velocidad por WiFi de hasta 2.567 Mbps, precio inmejorable —30 euros— y una instalación en dos simples pasos, gracias a la app oficial Mi WiFi. ¿Quien dijo que para abrir puertos habría que ser un experto?