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Una tela con un palo y sin palo

¿Cuál ha sido la mayor innovación en herramientas de limpieza? Este es un trono que podría disputarse entre fregonas y lavadoras. La primera fue invención de una española, la enfermera Julia Rodríguez-Maribona, allá por 1953. Cinco años después, otro español, el riojano Manuel Jalón, comenzó su comercialización en serie. Un objeto tan sencillo como funcional: ¿para qué arrodillarse para limpiar los suelos pudiendo hacerlo de pie?

Ahora fijémonos en otro interrogante: si puede limpiar por sí misma, ¿para qué hacerlo nosotros? Y fijémonos en otra evolución, la de la fregona eléctrica. La primera fue fantaseada por el francés Jean-Marc Cotê en 1899. Una ensoñación para ilustrar cómo sería el mundo en el año 2000. Sueños que no se hicieron realidad hasta 1978, el día que Nintendo decidió fabricar un robot aspirador llamado Chiritorie. A él le seguiría ComRo I, primero de una larga dinastía de robots de limpieza por control remoto. Pequeños afluentes de una tecnología innovadora, pero carísima. No fue hasta 2002 cuando iRobot puso a la venta el conocido Roomba. Mediante su sistema de dos ruedas independientes lograba giros de 360 grados, gracias a los cuales detectaba y rodeaba obstáculos. Un autómata para las tareas más prosaicas, pero disponible solo para los bolsillos más pudientes.

UN ROBOT PARA TODOS LOS BOLSILLOS

35 años de evolución en los que aún hubo que esperar para la definición final del robot aspirador: para la construcción del Mi Robot Aspirador 1 de Xiaomi se optó por motor sin escobillas. Gracias a este desarrollo se ha logrado minimizar el ruido y el peso, optimizando el espacio y la autonomía a través de dos baterías de alto almacenamiento y evolucionando en su función clave: emanciparse de nuestro mantenimiento. ¿Cómo? A través de navegación LDS con láser que analiza tanto los obstáculos como el tipo de suelo —alfombra, madera, piso duro—. Iteración tras iteración hasta llegar al último Mi Robot Vacuum Cleaner 3, las quimeras del pasado son hoy una realidad simple. Y ya no es necesario gastarse media nómina para pasear uno por casa.